Cuando se habla de contratar a un empleado, lo primero que viene a la mente es el salario bruto anual que aparece en la oferta de trabajo o en la nómina. Sin embargo, para la empresa el gasto es mucho mayor. Entre cotizaciones sociales, seguros, gastos indirectos y otros conceptos, el coste real de un trabajador puede llegar a ser entre un 25 % y un 40 % superior al salario bruto.
Conocer estas cifras es esencial para cualquier empresario, responsable de recursos humanos o gestor financiero. No solo sirve para planificar presupuestos, sino también para valorar la rentabilidad de una contratación, calcular márgenes de beneficio y evitar sorpresas fiscales.
En este artículo analizamos en profundidad qué significa el coste laboral de un trabajador, cómo calcularlo con ejemplos detallados, qué elementos lo componen, cuáles son las diferencias según el tipo de contrato, y qué estrategias pueden ayudar a optimizarlo. Además, veremos cómo herramientas digitales como las de Kelio pueden facilitar la gestión de este proceso.