Movilidad geográfica en el trabajo: Derechos y obligaciones

La movilidad geográfica en el trabajo es un aspecto clave en la gestión de recursos humanos que impacta tanto a empresas como a trabajadores. Se refiere al cambio de lugar de prestación de servicios y puede presentarse de forma temporal o permanente. Para las organizaciones, constituye una herramienta que permite reorganizar equipos y optimizar recursos; para los empleados, en cambio, representa un posible cambio drástico en su rutina y en su lugar de residencia. Por ello, entender qué significa la movilidad geográfica y cuáles son las implicaciones legales y laborales de este proceso es esencial para evitar conflictos y garantizar los derechos de ambas partes.

En este artículo, abordaremos en profundidad las definiciones y tipos de movilidad geográfica, sus requisitos y los derechos y obligaciones del trabajador y de la empresa. Además, ofreceremos ejemplos prácticos, consejos para gestionar este proceso de manera adecuada y resolveremos dudas frecuentes sobre movilidad geográfica y traslado laboral. 

¿Qué es la movilidad geográfica en el trabajo?

La movilidad geográfica en el ámbito laboral hace referencia al cambio del lugar habitual donde un empleado presta sus servicios, lo que en algunos casos puede implicar un traslado forzoso a otra ubicación. En España, este tipo de situaciones está regulado principalmente por el Estatuto de los Trabajadores y, en muchos casos, por los convenios colectivos aplicables.

En términos generales, se considera movilidad geográfica cualquier modificación sustancial de las condiciones laborales que implique prestar servicios en un centro de trabajo distinto, ya sea de forma temporal o permanente. Esta variación debe estar motivada por razones organizativas, técnicas, económicas o de producción, y siempre requiere que la empresa respete los requisitos legales, incluyendo una notificación formal y un preaviso mínimo al trabajador.

Existen dos grandes modalidades de movilidad geográfica:

  • Traslado laboral: Supone un cambio estable o definitivo en la ubicación del puesto de trabajo.
  • Desplazamiento laboral sin cambio de residencia: Se trata de una modificación temporal que no siempre exige cambiar de domicilio, aunque puede implicar recorrer mayores distancias o permanecer fuera del entorno habitual durante un período determinado.

Movilidad geográfica vs. movilidad funcional

Es importante no confundir la movilidad geográfica con la movilidad funcional. Mientras que la primera se centra en el cambio de lugar de trabajo, la segunda se refiere a la variación de funciones, categoría profesional o grupo laboral. En la movilidad geográfica suele intervenir, además, la necesidad o no de cambiar de residencia, lo que la hace más delicada y con mayor repercusión en la vida personal del trabajador.

Por tanto, si no existen cambios en la localización geográfica, sino únicamente en las tareas o responsabilidades, estaríamos ante una movilidad funcional, regulada por otros preceptos legales y procedimientos diferentes.

Tipos de movilidad geográfica: desplazamientos y traslados

La norma distingue dos tipos fundamentales de movilidad geográfica:

  • Desplazamientos temporales: Supone un desplazamiento laboral sin cambio de residencia o con un cambio de residencia muy limitado en el tiempo. Por ejemplo, si se requiere la presencia del trabajador en otro centro de la empresa por unas semanas o meses. Una vez concluido el periodo establecido, el empleado vuelve a su lugar de origen.
  • Traslado laboral: Implica un cambio de destino de manera más o menos permanente, lo que habitualmente ocasiona que el trabajador necesite fijar su residencia en la nueva ubicación. En este caso, la ley establece requisitos más estrictos de notificación y posibles indemnizaciones.

Para ilustrar mejor este aspecto, podemos hablar de movilidad geográfica cuando un trabajador es enviado seis meses a una planta de la empresa en otra ciudad (desplazamiento temporal), frente a otro caso en el que la compañía decide cerrar una sucursal y ubicar a toda su plantilla de forma permanente en otra provincia (traslado).

Desplazamiento

Movilidad geográfica sin cambio de residencia: ¿cuántos kilómetros?

La legislación no fija una distancia concreta para determinar cuándo existe la obligación de cambiar de domicilio. Sin embargo, los tribunales españoles tienen en cuenta factores como el tiempo de desplazamiento, los costes, la frecuencia de viajes y el impacto en la vida familiar del trabajador.

Situaciones como un traslado de la empresa a 30 km de distancia pueden considerarse o no como movilidad geográfica, según el impacto que tengan en la persona trabajadora. Si esa distancia implica un cambio sustancial en el tiempo de desplazamiento, en los horarios o en los costes de transporte, podría encajar dentro de los supuestos de movilidad geográfica. En cambio, si no se produce una alteración relevante en las condiciones laborales o no es necesario cambiar de residencia, es posible que no se aplique la normativa específica sobre movilidad.

Requisitos de la movilidad geográfica y plazos de comunicación

Para que la movilidad geográfica sea válida, deben cumplirse ciertos requisitos establecidos por la ley:

  • Causas justificadas: Razones económicas, técnicas, organizativas o de producción que legitimen el cambio.
  • Notificación escrita: La empresa debe comunicar formalmente al trabajador la decisión, detallando los motivos, el lugar de destino y la fecha de efectividad.
  • Plazo de preaviso: Con carácter general, se exige un preaviso de 30 días en caso de traslado laboral definitivo y un periodo razonable para los desplazamientos temporales.
  • Compensaciones: Si el traslado genera gastos (mudanza, transporte, dietas), la empresa suele estar obligada a cubrirlos o a acordar la fórmula de compensación.

El incumplimiento de estos requisitos puede derivar en impugnaciones por parte del trabajador o incluso en la invalidez de la decisión empresarial.

¿Cuándo se considera movilidad geográfica?

Se considera movilidad geográfica cuando el cambio de centro de trabajo afecta de manera significativa la vida familiar y personal del empleado, o cuando esta modificación supera los límites temporales establecidos por la legislación.

Además, un desplazamiento puntual de un mes para un proyecto específico puede no ser considerado traslado, siempre que exista un retorno al centro original y no se sobrepasen los plazos máximos fijados en el convenio o el contrato. Por el contrario, si los desplazamientos se reiteran y prolongan, se podría concluir que existe en realidad un traslado encubierto y, por ende, movilidad geográfica de facto.

Derechos y obligaciones del trabajador en caso de movilidad geográfica

Ante un proceso de movilidad geográfica, el trabajador tiene varios derechos y obligaciones que debe conocer:

  • Aceptación: El empleado puede aceptar el cambio, ya sea de forma temporal o permanente. En este supuesto, la empresa está obligada a compensar los gastos y a mantener, siempre que sea posible, las condiciones laborales esenciales.
  • Rescisión del contrato: El Estatuto de los Trabajadores reconoce el derecho del empleado a extinguir el contrato si el traslado supone un perjuicio grave. Esta opción conlleva el cobro de una indemnización (generalmente, 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades).
  • Impugnación: Si el trabajador considera que no existen causas que justifiquen la movilidad o se han incumplido los plazos o las formas de notificación, puede presentar una reclamación y, de ser necesario, acudir a la vía judicial.

Por su parte, el empleador debe ceñirse a los plazos legales, acreditar las razones que motivan la movilidad y notificar con claridad los cambios en las condiciones laborales.

Negarse al traslado: ¿qué consecuencias puede haber?

En principio, si la empresa cumple estrictamente todos los requisitos, negarse al traslado sin una justificación adecuada podría considerarse un incumplimiento por parte del trabajador. Sin embargo, si la movilidad geográfica se impone de manera arbitraria o carece de causa justificada, el trabajador puede impugnarla.

En caso de no llegar a un acuerdo, es recomendable buscar asesoramiento legal o sindical para determinar si la negativa está amparada por la ley o si, por el contrario, podría conllevar sanciones, incluido un posible despido disciplinario.

Además, determinados convenios colectivos establecen preferencias de movilidad para grupos específicos, como trabajadores con responsabilidades familiares o personas con discapacidad, lo que puede ofrecerles una protección adicional en caso de desplazamiento laboral.

Movilidad geográfica laboral: compensaciones y gastos

La movilidad geográfica laboral suele acarrear costes adicionales para el empleado. La ley establece que, ante un traslado, la empresa tiene la obligación de compensar al trabajador por los gastos inevitables de viaje, mudanza o dietas. En el caso de un desplazamiento laboral sin cambio de residencia, puede haber un acuerdo para costear el transporte, alojamiento temporal u otras ayudas económicas, dependiendo de la duración y distancia.

Esta compensación no siempre es fija, sino que puede variar según:

  • Convenio colectivo: Muchos convenios establecen cuantías o porcentajes concretos para dietas o gastos de transporte.
  • Acuerdos individuales: En ocasiones, se negocia directamente con el trabajador una cifra o porcentaje específico.
  • Políticas internas de la empresa: Algunas organizaciones tienen políticas de movilidad, que contemplan pluses de distancia o compensaciones por gasolina, peajes, etc.

Cambio de lugar de trabajo: ¿cómo afecta al salario?

El cambio de lugar de trabajo no debería suponer una disminución salarial injustificada. Sin embargo, pueden existir complementos específicos por desplazamiento. En algunos casos, el empleado puede percibir un plus de distancia o una dieta para los días en que trabaja fuera de su centro habitual.

Es fundamental reflejar cualquier modificación salarial en la nómina o en anexos al contrato, asegurando la transparencia y el cumplimiento de la normativa aplicable.

Movilidad en el trabajo: ejemplos prácticos y casos reales

Para entender con mayor claridad cómo se aplica la movilidad en el trabajo, conviene revisar algunos ejemplos prácticos:

  • Proyecto internacional: Una compañía española requiere que un empleado pase tres meses en la sede de otro país para supervisar la implementación de un software. Este desplazamiento se considera temporal, pudiendo no haber un cambio de residencia permanente.
  • Cierre de centro de trabajo: La empresa decide clausurar una oficina y trasladar a todos los trabajadores a otra localidad, a 200 km de distancia. Esta decisión implica un traslado de carácter definitivo, por lo que se generan todos los derechos de indemnización y compensación previstos en la ley.
  • Reestructuración interna: Por causas de producción, la empresa mueve a parte de su plantilla a un centro a 25 km de la ubicación original. Dependiendo de las circunstancias y de la repercusión en la vida del trabajador, podría considerarse o no como movilidad geográfica.

Rescisión del contrato por movilidad geográfica

En algunos casos, el trabajador puede preferir no asumir el desplazamiento. Siempre que se cumplan los requisitos legales, existe la opción de rescindir el contrato y recibir la indemnización legal correspondiente. Para ello, es crucial que el trabajador evalúe si el traslado constituye o no una modificación sustancial de sus condiciones, así como si el empleador ha cumplido con la justificación y los plazos exigidos.

La ley reconoce este derecho como una vía para equilibrar los intereses de ambas partes. Por un lado, el empresario puede reorganizar la empresa de acuerdo con sus necesidades; por otro, el trabajador no se ve obligado a aceptar un cambio significativo en su vida personal sin la posibilidad de recibir una compensación.

Consejos finales sobre la movilidad geográfica laboral

La movilidad geográfica, bien gestionada, puede ser una solución óptima para la empresa y el trabajador, siempre y cuando se cumplan los derechos y se respeten los plazos legales. A continuación, algunas recomendaciones:

  • Comunicación transparente: La empresa debe informar al trabajador con la máxima antelación posible, explicando los motivos de la movilidad y las condiciones asociadas (gastos, plazos, etc.).
  • Negociación: En caso de desacuerdo, es aconsejable buscar un punto intermedio que satisfaga a ambas partes, por ejemplo, pactar compensaciones o flexibilizar horarios.
  • Revisar convenios colectivos: Es habitual que incluyan cláusulas específicas sobre movilidad, especialmente en sectores donde es frecuente el desplazamiento de personal.
  • Buscar asesoramiento profesional: Si surgen dudas, acudir a un abogado especializado en derecho laboral o a los representantes sindicales puede brindar seguridad y claridad jurídica. 

Preguntas frecuentes

A continuación, resolvemos algunas de las dudas más frecuentes relacionadas con la movilidad geográfica en el ámbito laboral.

 

Se entiende por movilidad geográfica el cambio de centro de trabajo que afecta de forma sustancial al empleado. Aplica cuando hay un traslado permanente o un desplazamiento prolongado.

Por lo general, se requiere un mínimo de 30 días de preaviso en caso de traslados definitivos, aunque esta cifra puede variar según convenios. 

Depende de si el cambio supone una alteración significativa en tus condiciones personales y laborales. En algunos supuestos, los tribunales han considerado que 30 km no siempre conlleva cambio de residencia, pero cada caso es único. 

Habitualmente, mediante dietas o pluses de transporte, gastos de alojamiento y otras ayudas pactadas en el convenio o en acuerdos individuales. 

Conclusiones  

La movilidad geográfica en el trabajo es un mecanismo que la empresa puede aplicar legítimamente, siempre que respete los derechos legales de sus empleados y los procedimientos establecidos. Esto requiere acreditar causas objetivas, cumplir con los plazos de preaviso y asumir las compensaciones económicas correspondientes. Para el trabajador, supone la posibilidad de aceptar el cambio, impugnar la decisión o incluso rescindir el contrato con derecho a indemnización, en función de las circunstancias concretas.

Mantener una comunicación fluida y alcanzar acuerdos equilibrados entre empresa y persona trabajadora es clave para que la movilidad geográfica cumpla su propósito de optimizar recursos y favorecer la adaptación organizativa, sin causar perjuicios innecesarios. En este contexto, conocer los requisitos legales y las alternativas disponibles resulta esencial para evitar conflictos y asegurar un proceso justo y transparente. 

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